Por Beñat Lopez.
Desde siempre me ha interesado la música. La llevo estudiando desde los 8 años (o antes). Desde hace menos soy estudiante de publicidad, y aunque estoy bastante desencantado con la carrera, todavía hay cosas que me llaman la atención, y la publicidad (especialmente la televisiva) sigue interesándome bastante.
Desde siempre me ha interesado la música. La llevo estudiando desde los 8 años (o antes). Desde hace menos soy estudiante de publicidad, y aunque estoy bastante desencantado con la carrera, todavía hay cosas que me llaman la atención, y la publicidad (especialmente la televisiva) sigue interesándome bastante.
En esta ocasión, he encontrado la oportunidad de aunar mis dos pasiones, para hacer un breve análisis sobre la música en la publicidad.
Charlie Harper, compositor publicitario y vividor empedernido. El sueño de cualquier músico. |
La música clásica está volviendo a la publicidad. Ayer mismo vi tres spots en los cuales dos tenían una música clásica mal elegida (en mi opinión). El primero era del nuevo banco EVO. La música escogida era la famosa Cabalgatade las valquirias de Wagner. Es verdad que simulaba una escena de Apocalypse now con unos helicópteros, película en la que también se empleaba dicha melodía. Pero no me parece que esa música tan relacionada con el apocalipsis y la guerra sea apropiada para anunciar un banco. Y menos en estos tiempos…
El segundo es la polémica campaña de Loewe, en la que unos cuantos jóvenes, supuestamente representativos de la juventud en general, hacen unas declaraciones sobre la moda y Loewe en particular. La música elegida es la Danza del Sable de Aram Khachaturian. Tampoco me parece una elección adecuada. El ritmo de la música no viene con el ritmo del spot. Viendo a los jóvenes del spot más bien pondría el Amo a Laura, o Pignoise, o algún grupo pijo de estos (La oreja de van Gogh también nos podría servir, por coger un referente más cercano). La Danza del Sable nos evoca espectáculo, generalmente circense. Aquí han confundido el espectáculo con el esperpento.
Por último, el único que creo que ha elegido bien la música es el spot de VW, del Golf Rabbit, en el que unos perros persiguen a un conejo con la Trisch Trasch Polka de Johann Strauss de fondo. En este caso sí que encajan el ritmo de la imagen con el del sonido. Últimamente VW está acertando con sus spots. El anterior, muy exitoso también fue el de Darth Vader y la fuerza. A todos los frikis de Star Wars que conozco nos encantó, nos pareció muy simpático. En este caso, el uso de la marcha imperial también ayudaba mucho al ritmo del anuncio, especialmente al final, al ralentizar la melodía.
Muchas veces la música de un spot nos ayuda a recordarlo, a tenerle más o menos aprecio o a que nos apasione, o incluso nos emocione. Y últimamente no se le da la importancia que se merece.
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